INSTALACIONES
La decoración es la de una taberna tradicional con un marcado e inequívoco carácter flamenco.
Entrada
En madera, cristal y forja; cumple con la doble misión de servir de cámara de aislamiento acústico al ruido interno y externo, así como la de servir al control de acceso gracias a sus dobles puertas frontales y una puerta lateral de servicio.
Barra y salón posterior
Decoración flamenca, donde encontramos más de 150 fotografías originales de los personajes que han marcado los últimos 50 años de historia del flamenco. Algunas de ellas son de un indudable valor histórico.
Además de esto, se han recuperado elementos decorativos que ya se encontraban en esta finca; como vigas forjadas en hierro de la segunda mitad del siglo XIX; botellas viejas; baúles, toneles y otros elementos relativos al mundo taurino y a los trabajos de elaboración del vino, completan la decoración de la parte superior de la barra.
Salón del Vino
La integran fotografías de principio de siglo que reflejan las faenas de elaboración del vino en las bodegas, así como distintas colecciones de etiquetas antiguas de vino, entre las que destacan una edición especial de las bodegas Sánchez Romate de la segunda mitad del siglo XIX.
Accesibilidad para minusválidos
El local cumple con todas las normativas en cuanto a accesibilidad para disminuidos físicos, tanto en las dimensiones e inclinación de la rampa de acceso al local, como en las dimensiones y equipamiento del baño, donde ha sido destinado de manera compartida para esta finalidad el servicio de señoras.
Todo ello queda reflejado en el ambiente de la ciudad, paseando por sus calles, en los edificios y yacimientos históricos que componen cada uno de los rincones del casco histórico gaditano.
Una de sus fuentes comerciales sin duda es el turismo, debido a sus playas (que rodean toda la ciudad) y sus fiestas, que son patrimonio e interés turístico nacional.
Pero si hay algo que en Cádiz no podemos dejar escapar, es su gastronomía: El “pescaito frito” típico gaditano, las “papas aliñás”, el “doblaillo” y su repostería, son elementos que debemos de probar en nuestros viajes a la “Tacita de plata”.